miércoles, 12 de noviembre de 2014

¿Cómo puedo estimular al bebé?

Continuando con la entrada anterior, diréis, si, muy bien explicado el tema de la estimulacion y lo importante qué es pero que tengo que hacer con mi niño?
Pues bien, es hora de ponerse manos a la obra con vuestros bebés para que todo lo dicho anteriormente se cumpla. aqui os dejo algunas ideas para ir comenzando a estimular correctamente
a vuestro hij@.

Cuando los niños tienen mas o menos los 8 meses, es normal que no paren de arrastrarse, moverse o jugar. Es primordial que los padres fomenten y los acompañen en esta etapa de exploracion y descubrimiento. Los papas pueden utilizar todo tipo de actividades y juegos que sirvan como estimulos para el niño, haciendo que descubra nuevas sensaciones, ambientes y para que practique nuevas destrezas. 
Es importante que los niños tengan:

Espacio seguro donde caminar: Tanto en la casa como afuera-: el niño que está comenzando a caminar no quiere estar en el coche, parque, amaquita, etc... debes dejarlo ahí solo en casos necesarios-, por lo que debes incentivarlo a caminar, pero vigilándolo.

-Espacio seguro para trepar: A los niños les encanta subir escalas, subirse a una silla, etc. Debes permitírselo, mientras tú lo cuidas.


-Incentivos para la acción: Para estimular a un niño inactivo puedes invitarlo a jugar o poner lejos de su alcance sus juguetes favoritos para que los trate de tomar, entre otros.

-Un ambiente variado: Para que aprenda de manera entretenida, trata de llevarlo a distintos lugares, como: una tienda de animales, al parque, al museo, etc. No os quedeis en casa toda la tarde, el niño no tendra motivacion por descubir cosas nuevas.

-Juguetes de empujar: A los niños que han aprendido a caminar, los juguetes que se empujan, le sirven para practicar, y a los niños que todavía no lo logran, le sirven para aprender.

-Juguetes de meter y sacar: A los niños les encanta meter y sacar objetos, por eso, debes comprarle este tipo de juguetes o dejarlo que en una caja meta artículos inofensivos.

-Juguetes de habilidad: Los juguetes que el niño los deba voltear, torcer, empujar, presionar y halar, lo estimulan a usar sus manos de diversas formas.

-Juguetes y juegos de agua: Con ellos, le puedes enseñar muchos conceptos, además, le permiten jugar y gozar con el agua, mientras lo vigilas para que no moje toda la casa. Una buena manera de jugar con ellos en este ambiente es en la hora del baño.

-Materiales para juegos de imaginación: Usar platos como baterías, pelotas como alimentos o vajillas de juguete, ayuda a desarrollar las destrezas sociales, la pequeña coordinación motriz, la creatividad y la imaginación.

-Aplausos: La realización de una actividad trae satisfacción, pero más si hay un reconocimiento. Debes elogiar a tu hijo cuando logre dominar alguna destreza, pero sin exagerar, ya que un abuso de aplausos, puede hacer que el niño se haga dependiente de ellos.


-Libros, revistas y láminas: Para que más tarde se interese por la lectura, debes mostrarle láminas con animales, personas, juguetes, objetos , entre otras cosas, mientras los nombras. Estas sesiones son cortas porque el bebé tiene una concentración de sólo unos minutos.

La importancia de la estimulación

Estimular en forma temprana a los recién nacidos, especialmente en su etapa más critica como es los primeros 12 meses de vida, es fundamental. Se considera un requisito básico para el óptimo desarrollo del cerebro del bebé, ya que potencia sus funciones cerebrales en todos los aspectos (cognitivo, lingüístico, motor y social).
 Nuestro cerebro requiere información que le ayude a desarrollarse. Su crecimiento depende de la cantidad, tipo y calidad de estímulos que recibe; las capacidades no se adquieren sólo con el paso del tiempo.

El bebé precisa recibir estos estímulos a diario, desde el momento de su nacimiento. Si recibe estímulos pobres, de una forma irregular o en cantidad insuficiente, el cerebro no desarrolla adecuadamente sus capacidades al ritmo y con la calidad que cabría esperar. Por otro lado, una estimulación temprana, abundante, periódica y de buena calidad nos garantiza un ritmo adecuado en el proceso de adquisición de distintas funciones cerebrales.
La estimulación temprana de los niños es más eficaz porque su cerebro tiene mayor plasticidad; esto hace que se establezcan conexiones entre las neuronas con más facilidad, rapidez y eficacia.
Las deficiencias o falta de estimulación en el primer año de vida del bebé pueden tener consecuencias en el desarrollo óptimo de sus habilidades motoras, cognitivas, lingüísticas y sociales.
En muchas ocasiones los padres, aún sabiendo y siendo conscientes de lo importante que es una buena estimulación temprana, suelen pasar por alto algunos aspectos fundamentales, tales como su caracter general (es decir, que abarcan todas las áreas del desarrollo y no centrarnos sólo en una en concreto), la abundancia de estímulos o la regularidad en el tiempo.
No sólo se trata de reforzar, por ejemplo, aspectos intelectuales o lingüísticos, sino que la estimulación temprana también debe abarcar las demás áreas (motora, sensorial y social) del desarrollo del niño.
El cerebro de nuestros hijos puede procesar y adquirir toda una serie de conocimientos mediante la repetición sistemática de estímulos o ejercicios simples, comúnmente llamados unidades de información o bits. De este modo, lo que se hace es ayudar a reforzar las distintas áreas neuronales (relacionadas con el lenguaje, la motricidad, la inteligencia…)
El máximo desarrollo neuronal está comprendido entre el nacimiento y el tercer año de vida, para luego ir poco a poco desapareciendo hasta llegar a los seis años, momento en el que las interconexiones neuronales del cerebro ya están establecidas y los mecanismos de aprendizaje se asemejan a los de un adulto.
Nuestro hijo nace con un gran potencial y, para que ese potencial se desarrolle al máximo de la forma más adecuada y satisfactoria, nosotros somos los encargados de aprovechar esa oportunidad en su proceso de maduración.
Todo esto lo podemos hacer aprendiendo a leer el comportamiento de nuestro bebé, a respetar sus necesidades, a hacerle sentirse bien y cómodo, a proporcionarle una alimentación sana y equilibrada, a asegurarnos de que lleve una vida saludable y, lo esencial, a jugar con él.