jueves, 6 de octubre de 2016

LA IMPORTANCIA DE EDUCAR A LOS NIÑOS EN VALORES

Los padres, somos los principales responsables de formar a nuestros hijos como personas. Y eso, pasa por transmitirles valores que estructuren su forma de comportarse y les lleven a actuar como personas responsables, solidarios y respetuosos con el medio ambiente. Personas que tengan valores positivos que fomenten la convivencia. 
¿Qué es educar en valores?
Los  valores son aquellos criterios que guían nuestra forma de interpretar la vida y de actuar frente a ella. Existen valores personales que corresponden a nuestra filosofía de la vida y herencia familiar y valores universales que todos deberíamos compartir. Son aquellos que buscan crear un mundo mejor, un mundo más justo donde seamos todos más felices. Fomentar la tolerancia, la  libertad, la solidaridad,la igualdad... permite acercarnos a este objetivo. Y el escenario donde se aprende mejor es el hogar.


¿Cómo enseñar valores?
Los niños no nacen con un conocimiento innato de lo que es correcto y lo que no. La forma en que actuamos ante nuestros hijos y cómo les hablamos, los consejos que les damos... son el  auténtico núcleo de la educación en valores. Gran parte de los valores que manifestamos cuando somos adultos no son más que una serie de hábitos adquiridos durante la infancia a través del ejemplo de nuestros padres.
Los niños aprenden con nuestro ejemplo. Aprenden lo bueno de nosotros y también aspectos no tan deseables. A la hora de plantearse educar en valores, es importante que tu pareja y tú hagáis una serie de reflexiones como: ¿os gustaría que vuestro hijo se pareciera a vosotros? ¿qué valores de cada uno os importan más y compartís? ¿qué valores queréis transmitirle? ¿actuáis conforme a lo que le enseñáis? Estas reflexiones os ayudarán a definir vuestros objetivos y actuar de forma coherente frente a él.

 A veces, se nos olvida que no basta con regañar a los niños cuando hacen algo mal, que lo más importante es felicitarles y mostrarles lo orgullosos que estamos de ellos cuando actúan correctamente. Reforzar la aparición de actitudes que implican valores positivos es fundamental para asegurar su completa adquisición.

martes, 4 de octubre de 2016

VUELTA AL COLE Y A LOS MADRUGONES: CONSEJOS

Después de un mes con la vuelta al cole, seguro que aun hay familias que no se han reorganizado con los horarios del colegio y se siguen enfrentando al mal despertar de sus pequeños para ir a la escuela. Es normal, ya que a nadie le sienta bien que le interrumpan la fase de sueño, por ello es recomendable acostar al niño a la hora adecuada para que tenga ocasión de despertarse por sí mismo.



Hay niños que llevan realmente mal los madrugones. Se despiertan de mal humor y las mañanas en casa pueden convertirse en un verdadero infierno.
Puedes ayudarle a tu hijo a que sus mañanas sean más llevaderas, y así también lo serán para el resto de la familia. Te damos varios consejos para que tu peque se despierte de buen humor:
  • Procura acostarlo todas las noches a la misma hora. Los fines de semana es normal que la hora de ir a la cama se retrase un poco más, pero procura que no haya grandes cambios. Un buen descanso es fundamental para que el despertar a la mañana siguiente sea más agradable.
  • A la hora de despertar a tu peque, entra sigilosamente y no enciendas la luz. Abre solo un poco las persianas o las cortinas para que no entre demasiada luz de golpe.
  • Despiértale con una voz suave, abrazándole y haciéndole caricias. Si lo primero que ve al abrir los ojos es tu sonrisa, tendrá un mejor despertar. También puedes ponerle música bajita o hablar de los planes que hay para ese día. La música suele funcionar muy bien en estos casos.
  • Dale tiempo para que se despierte a su ritmo, sin agobios. Hay quien necesita unos minutos para adaptarse al mundo. Si tu hijo es una de esas personas, despiértale diez minutos antes y deja que se vaya despertando tranquilamente. Puedes quedarte ese rato con él en la cama o ir preparando el desayuno.
  • Si vestirse, cepillarse los dientes y peinarse es una lucha, intenta hacer pequeños pactos con él cada día. "Yo te pongo los calcetines, pero tú te pones solito los zapatos". "Venga, te ayudo con los dientes, pero luego te peinas solo".
Espero que estos consejos os ayuden a que vuestras mañanas sean más agradables en familia. Al fin y al cabo, es un momento más para disfrutar en familia.

¿COMO AYUDAN LOS PADRES A LOS NIÑOS EN LOS DEBERES?

A todo padre que desea para su hijo una vida con logros reconocimientos y éxito seguramente le interesa saber qué requiere. Para ayudar en los deberes de los niños sólo necesita algo de constancia para brindarle, firmeza, calidad de tiempo y el ingrediente más relevante: apoyo en su formación.
Algunos padres en su afán por ser apoyo y secundados por la escasez de tiempo tienden a confundirse y terminan por acelerar el proceso de los deberes, haciéndolos en su nombre, distorsionando el resultado, independiente que las intenciones del padre sean buenas, el resultado será desastroso en cuanto a los deberes de los niños en el presente y sus futuras obligaciones de adulto.

En primer lugar hay que hacer que el niño entienda el por qué es su deber y la importancia de realizar por sí mismo las tareas asignadas. En segundo lugar motivarlo a que lo resuelva él, cómo crea que se deba hacer, y así no limitar su creatividad. Si en un principio le decimos cómo resolverlo podremos estar impidiendo que encuentre un camino diferente para el mismo fin.

El único aspecto negativo de la ayuda de los padres es cuando estos hacen a sus hijos dependientes de su ayuda para toda tarea o cuando quien realiza la actividad es el padre sobreprotector que dispone de tiempo limitado por sus propias obligaciones.
No hay una norma que indique la cantidad de ayuda exacta para todos los niños, la cual será variable de acuerdo a su personalidad destreza comprensión y muchas más características que en conjunto hacen a cada niño diferente en su forma de aprender y cumplir con sus deberes y esa misma diferencia acuñada con eficiencia y calidad forma los reconocidos hombres y los orgullosos padres.