
Más pruebas para confirmar que todo está bien
Las posibilidades de que el hijo tenga una alteración cromosómica son más elevadas: entre las madres de 44 años nace un niño con síndrome de Down por cada 31 partos. La buena noticia es que se puede calcular el riesgo al comienzo del embarazo con el triple Screenig.
Esta prueba consiste en evaluar conjuntamente la edad de la embarazada, los niveles en la sangre de las hormonas beta hCG y PAPPA y el pliegue nucal del feto, que se mide en la ecografía.
Si el riesgo es mayor de 1 cada 274, se aconseja practicar amniocentesis para realizar el diagnóstico. Si eres una mujer sana, puedes asumir perfectamente el riesgo de quedarte embarazada a esta edad.
Tener más de 40 años no es un impedimento para la gestación. Pero, eso sí la calidad de los óvulos es peor y eso hace que la fertilidad disminuya. Además, a partir de los 40, el riesgo de complicaciones es mayor, pero ambas cosas no son un motivo suficiente para renunciar a ser madre.

Además, cuando llegamos a esta edad, el riesgo de sufrir complicaciones en el embarazo es algo mayor. Son las enfermedades asociadas a esta edad la que pueden hacen que el embarazo esté siempre considerado de riesgo. Entre ellas, la hipertensión, la diabetes o los trastornos autoinmunes. También existe riesgo más alto de que el bebé nazca con síndrome de down u otras afecciones.
Entre los riesgos, existen algunos que pueden afectar al feto y otros que pueden afectar a la mamá. Eso sí, cabe añadir que no siempre tiene que ser así y que, de hecho, la cota de mujeres que se quedan embarazadas después de los 40 y sufren algún problema es muy baja.

Además, con lo que respecta a la madre, hay más posibilidad de que sufra diabetes gestacional o aumento excesivo de peso. También puede darse un parto más largo en el caso de las madres primerizas. Eso desemboca en que el bebé sufra más.
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